Lirica de los Angeles

by Juan Pastor Diaz Blandon
30th April 2014

Todos conocen la historia que nos narra un pequeño párrafo de la biblia.

“Y Miguel y sus ángeles contendieron contra Luzbel y sus ángeles, y no se hallo más lugar en el cielo para ellos”

En mi libro “Lírica de los ángeles” estando Dios Padre en el principio creo dos generaciones de ángeles de los cuales selecciono a uno para que organizara al resto de sus hermanos en nueve coros. A medida que avanza la historia este elegido obsta por el camino del mal, poco a poco este se va ganando a sus hermanos para su causa, la segunda generación de ángeles viene a ocupar el lugar y detener los planes de ellos con la ayuda de algunos de la primera generación.

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damien
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damien Isaak
30/04/2014

CAPITULO IV

TRONOS

Luego de la batalla de Beqa con Khalel, se podía escuchar los pasos de dos seres que corrían en una ruta solida rodeada de altos pilares con aspecto griego, por la escases de claridad no se podía distinguir quienes eran, pero por sus ropas se deducía que eran tronos, entre el ajetreo solo se escuchaban sus palabras.

- Hermano ¿Cuánto falta para que lleguemos?

- No te precipites – dijo el otro – ya casi llegamos – mientras llegaban al final del camino oscuro arrimaban sus espaldas a los costados del camino para no ser vistos, el que tenía el liderazgo se precipitó a su hermano poniendo su mano sobre el pecho con un gesto que demandaba sigilo asomándose apenas para vigilar.

- Hermano.

- Shhhhh- indicó el otro para para que guardara silencio – allí esta nuestro objetivo

- ¿Qué misión es esta?

- Semyasel, esta misión es de suma importancia, aquí es donde te pregunto si estas con migo

- Tú sabes que si hermano.

- Bueno ya sabrás porque.

En una de las entradas de la casa de los tronos se encuentra un ángel con una capucha oscura, su ropa no mostraba el coro al que pertenecía, esperando con una actitud de asecho. Apareció después otro ángel y este le indicó que se acercara.

Se acercó Samael al que lo llamaba

- ¡Ha! eres tú, ¿Qué haces?

- Tengo información de tu hermano

- ¿De Beqa? – preguntó Samael con emoción

- Shhhhh – no levanten la voz

- Perdón ¿Qué sabes de él?

- Sé dónde lo tienen encerrado

- ¿Dónde? – preguntó con ansiedad evidente en la voz.

- Después de su captura, Metatron de parte de padre le entregó a Khalel siete llaves las que entregaría a siete hermanos con las cuales sellarían la prisión de Beqa, más allá del muro en donde la Luz del padre es escasa llevaron a nuestro hermano a su encierro, en la edificación echa prisión yace Beqa, la luz de la mañana se extingue con cada minuto que pasa.

- Ya era hora que te decidieras a hablar, ahora dime, ¿Quiénes llevan estas llaves?

- Yo estuve allí cuando Beqa sostuvo la grandiosa batalla en la que enfrentó a Khalel.

Con tanta discreción fue llevado el tema que hace ya medio tiempo desde el corriente y no te has dado cuenta

- Será mejor que hables rápido – dijo Samael con un tono elevado. Además te noto sospechoso, porque te cubres los ojos.

- Ese asunto no te concierne, Las llaves se han estado moviendo continuamente entre los aposentos de la primera jerarquía

- ¡que! ¡pero quienes!

- Como puedes ignorarlo, si estos se pasean frente a tus ojos – dijo esto mientras se daba la vuelta con aire de querer marchar – el único que no posee una es tu segundo al mando Semyasel

- ¿quieres decir que…?

- Si, mientras enfocas tus esfuerzos en los otros coros las llaves se mueven entre el tuyo – de espaldas y viéndolo de reojo volteo su vista y se marchó.

- ¿Cómo es posible que no me haya dado cuenta?

- Entró entonces a la casa de los tronos disimulando, de manera que no levantar sospechas sobre su andar. Se dirigió a sus aposentos; cerró la puerta detrás y de esta se movía con uno de sus brazos cruzado en su abdomen con el otro se sostenía la barbilla, comenzaba a dar vueltas de un lado hacia otro pensando. Se cuestionaba varias veces sobre el que hacer:

- ¿Qué debo hacer?

Monótonamente se fatigaba el ángel de la fuerza, líder de los tronos la mano derecha de la luz de la mañana.

En un momento de desesperación Samael el trono mayor opto por acecinar al resto de los integrantes de este coro, esperando en la soledad de su cuarto que llegara el momento de actuar, y aun extasiado por las palabras de su hermano de causa se reprochaba:

- ¡Como pude ser tan tonto y no darme cuenta!

Ahora todo depende de mí, debo encontrar la forma de adquirir estas llaves sin levantar sospechas, debo liberar a mi hermano.

Salió de sus aposentos, en la base de los coros, junto con los pilares que sostienen los círculos se encuentra el Arkhameliun cuyo protector es Metatron, un lugar rebosante de sabiduría de los cielos donde YAHWEH guardo todos los libros sagrados, allí se dirigía Samael, manteniendo su posición se escondió entre un pilar y los arbustos, hasta que Metatron Trisagio saliera de dicho lugar, después de un largo tiempo salió Metatron y cuando este se alejaba Samael aprovechó para entrar una de las ventanas, en la cual había colocado una pequeña varita que corto del arbusto en el que se escondía, esto para evitar que la ventana se serrara por completo pues las ventanas del lugar tenían un sistema de cerrado que se desplegaban unas barras de acero por todo el mecanismo al marco de esta todas al mismo tiempo en una sincronización perfecta.

Vino Samael y entrando a los aposentos de las sagradas letras se podía contemplar aquel lugar, con una gran extensión había miles de libros, en los cientos de estantes la mayor parte estaba designada para relatar la vida de cada ser en el cielo, ordenados por letras cada ser tenía un libro en específico que narraba sobre su existencia. En estos de forma mágica aparecía la vida de cada uno, sus poderes, habilidades, rangos, cargos y desempeños. Con cada paso que daban aprecian nuevos caracteres en estos.

Samael se dirigió a estos luego saco tres de ellos, el de su gran hermano, el de su subordinado y el propio. Como el tamaño de estos era considerable no podía cargar con todos, Samael había ingeniado un plan. De pronto e entre sus ropajes saco un pequeño bolso de cinto el cual había obtenido sin el consentimiento de su portador, este era color rojo como el vino con unos grabados con el nombre de su dueño en color blanco. El bolso tenía el poder de albergar una gran cantidad de cosas por absurdo que pareciere más allá de la lógica.

Guardo Samael los libros en este, luego se dirigió a otra sección donde están otros muy selectos con información prohibida a cualquiera que no fuese su guardián, con una gran cantidad de información del padre y de sus preceptos. Luego de un rato de estar seleccionándolos, unos los ojeaba y otros con solo ver la envoltura bastaba para saber cuál llevarse.

- Bueno por el momento el que necesito es este, -mientras lo ojeaba.

Si aquí esta lo que busco.

Lo cerró. En total tomo seis libros, usando siempre aquel costal los guardo. Y luego dispuso a retirarse. Estando apartado de todo el jefe de los tronos luego de tomar su botín orquestaba un plan, en medio de los altos arboles saco su espada y de una estocada rebano uno a tres metros del suelo para ocuparlo de mesa, saco todo lo que llevaba en aquel costal.

- Bien hay que ponerlo a andar. No me puedo tardar mucho tiempo.

En pie y con ambas palmas de las manos apoyadas en el canto del tronco leía intricadamente, al cabo de un rato hallo lo que buscaba. En aquel libro había un escrito con instrucciones.

INSTRUCCIONES PARA LOS ÁNGELES PROTECTORES.

Al estar todas las llaves reunidas tienen que ser colocada una por una en los pedestales que rodean al prisionero, en el orden específico para que se vaya liberando el poder que ata al condenado.

- Aquí esta lo que busco, la forma de quitar las cadenas que atan a mi hermano. Lo único que falta es ir por las llaves.

En la parte posterior de la gran ciudad de oro están unas fuentes de agua pura y cristalina, el ángel Lauviah quien sentado sobra las piedras que rodean la fuente estaba con un pergamino el cual era para mantener los encargos de sus hermanos en orden. Otro de sus hermanos andaba por allí pero luego de un rato se levantó de la banca donde estaba por consecuencia Lauviah se quedó solo en dicho lugar, esperando esto el jefe de los tronos asechaba a su hermano.

- Bueno creo que el primero será Lauviah. Según el libro las llaves están dentro de su pecho, solo ellos mismos la pueden sacar. Y la otra forma de hacerlo es matándolos. Conociendo a Lauviah no creo que me la entregue de buenas a primeras así que el plan es liquidarlo. ¿Hermano que se siente asesinar? Aguanta un poco más hermano pronto te sacare de tu encierro.

Luego disimuladamente se acercó donde su hermano.

- ¡Hola Pahaliah!

- Ah hola Samael.

- Veo que estas solo

- Ah sí creo que tienes razón, pero no del todo pues tú también estas aquí, aunque es raro que haya tan pocos en este lugar, después del número que somos.

- Si y como somos tantos creo que no extrañaran a uno menos. Lo ciento Pahaliah pero vengo a quitarte la llave que llevas en tu interior.

- ¿Qué?

- Como oyes necesito esa llave para liberar a mi hermano. Es mejor que me la entregues antes que acabe con tigo.

- ¿Pero qué estás haciendo Samael? No creo que nuestro padre apruebe esto.

- Cállate Pahaliah tú y todos esos idiotas que tienes por hermanos lo único que hacen es seguir las instrucciones de Dios, aunque él es algo tirano y sin corazón, tanto dolor que nos ha causado a mi hermano a y mi, esto es inaudito, no puedo seguir soportándolo. No permitiré que le sigan haciendo daño.

Bueno creo no vas a cooperar, en tal caso te relevo de las funciones de la corte de los ángeles del rigor. Pahaliah de los tronos.

Solo se puedo escuchar el quejido de Pahaliah cuando Samael le clavo su espada en el pecho, retiro la espada rápidamente y extendió su mano con fuerza dentro del pecho de él, extrayendo la llave una esfera de luz semejante al cristal. Pahaliah aun estando en pie se le empezaba a desvanecer el cuerpo.

- Lo lamento hermano pero necesitaba esto.

- No creas que lograrás lo que buscas. –Luego desapareció.

- Bueno es el primero ahora por el siente.

Luego salió de aquel lugar en dirección a las afueras del muro, llegando a una pequeña isla como mágica que está en medio de un rio, descendió lentamente, y justo frente a él estaba Barakel quien también pertenecía a los tronos.

- ¡Barakel creo que ya sabes que vengo!

- Claro que si Hermano. conociéndote sabía que estoy sucedería.

- Entonces si así es porque no te marchaste donde el padre a pedir su ayuda.

- No te preocupes no estoy en contra tuya, se lo que quieres. La llave para liberar a Beqa.

Entonces Barakel metió su mano en su pecho mientras este por un instante destellaba una luz cegadora.

- Tómala aquí esta. Aparte que no estoy de acuerdo con lo del encierro de Beqa no me atrevería a enfrentarte.

- Veo que eres un ser bastante inteligente. ¿Dudo que Dios pueda perdonarte por lo que estás haciendo? entonces me invade la duda de ¿Qué harás?

- Esperare a que liberes a Beqa de su encierro. Por el momento no me quiero involucrar. Podría perder esta pila, creo que nos será útil luego.

- Eso espero. –Dijo mientras se daba la vuelta–. Ahora no puedo perder más el tiempo. ¡Cuidado con lo que dices y haces Barakel! Odiaría perder a un buen aliado.

Habiéndole entregado la llave Barakel, Samael continuo con su visión. Luego de volar por un largo tiempo el líder de los tronos encontró una guarida, casi en la cima de una montaña había un risco y en él una entrada a una cueva, con un hermoso árbol de color rosa. Samael descendió y quiso echar un vistazo, entro a la cueva y observo que le podría ser de utilidad para sus planes. Sobre una roca plana coloco el bolso que un día hurto. Saco los libros que había tomado del Arkhameliun su espada y otras dos que había recuperado.

Luego de haberse establecido en dicho lugar continúo con su plan. Salió de la cueva y se puso en pie sobre la orilla del risco.

- No te preocupes hermano, no te voy a dejar done estas solo aguanta un poco más, tal vez no me puedas escuchar pero aun así no te abandonare. Solo espérame.

Y se lanzó del risco con sus alas recogidas, caía a una gran velocidad, antes de impactar desplego ambas alas y se elevó. Estando en vuelo de repente se frenó, vio hacia abajo, y vio que ya estando cerca de la ciudad pero lo bastante largo como para ser escuchados estaban los gemelos Lauviah, Leuviah y Caliel. Luego Samael bajo donde se encontraban los tres.

- Hola hermano. –Dijo Lauviah–. Bienes a ayudarnos, que bueno porque es aburrido recoger el oro para el traje de Uriel.

- Espera. –Dijo Caliel–. Samael no está aquí por eso, está aquí por otra cosa, ¿Oh no es así Samael?

- Veo que eres observador Caliel, ¡El inteligente Caliel, Dios pronto a Socorrer! Y dime quien te va a socorrer a ti. Los jóvenes gemelos.

- Ya veo de lo que hablaba Saeltiel. Todo está cambiando primero Beqa y Hora tú, creo que esto se pondrá feo. Muchachos creo que es mejor que se vallan de aquí mientras yo lo detengo.

- ¿Qué, Pero de que hablas Caliel? ¿Y porque ustedes dos están discutiendo?

- Pongan atención muchachos. Hace unos días Samael ataco a Saeltiel y casi acaba con él. –¿Qué? Dijeron ambos al mismo tiempo¬–. Todo porque quería su costal. Eso fue lo que hizo que Uriel despertara su poder. No me digas que el traidor de Beqa te convenció.

- Yo siempre estaré con él. Cuando me acuerdo de lo que le hicieron mi ser se llena de rabia y desesperación. Además cómo es posible que Dios lo haya sustituido tu puesto en los Querubines por el Inservible de Gabriel.

- Estas equivocado. Acaso no te enteraste que gracias a Gabriel quien llamo a los cuatro quienes pudieron encerrar a la luz de la mañana.

- No te quieras pasar de gracioso con migo Caliel, esto solo es el principio, dentro de poco mi hermano saldrá libre.

- Ya veo así que lo que buscas es liberarlo. –Eso quiere decir que va detrás de las llaves de todo el coro, no puedo dejar que valla por los muchachos dijo en su mente.

- Claro que lo que quiero es liberarlo de todos modos él era el único que siempre me entendió, me acompaño, y me ayudo. Como podría yo abandonarlo ahora.

- Jamás conseguirás liberarlo. Los gemelos le advertirán a todo los tonos que su líder se ha vuelto loco.

- Jajajajajaja, ya veo que no eres tan liso como pensaba, ya tengo dos de las llaves, solo me faltan cinco, Barakel se ha unido a mi causa y Pahaliah no estuvo de acuerdo entonces tuvimos un altercado y le termine quitando la vida. Con las que ustedes tres tienen solo me faltaran dos.

Caliel lo miraba fijamente mientras pensaba. –Las cosas están peores de lo que pensé. Lo mejor será decirle a los gemelos que se vallan lo más rápido que puedan. ¡Gemelos corran!–.

Rápidamente Lauviah y Leuviah levantaron vuelo mientras Caliel se abalanzo en contra de Samael. Pero este tenía un poder muy grande para que lo detuviera Caliel.

Caliel con gran destreza saco su espada y quiso darle una estocada a Samael pero este se agacho dando como resultado solo el corte de un mechón de cabello, Samael estando abajo tomo a Caliel de la muñeca en la cual llevaba la espada y con su puño izquierdo le encesto un golpe en la costilla derecha de Caliel el cual se desplomo sobre sus rodillas incapaz de moverse a causa del dolor.

Samael salto hacia la persecución de los gemelos a gran velocidad. – ¡Apúrate! dijo Lauviah.

- Voy lo más rápido que dan mis alas.

Pero ya tenían a Samael encima, Leuviah solo alcanzo a girar su rostro hacia atrás cuando Samael le propino un codazo en su espalda, Lauviah al percatarse se frenó para enfrentarlo pero al estar frente a el Samael de repente desapareció y apareció atrás de él.

- ¡Creían que iban a escaparse!

Luego Samael hizo crecer su lanza que llevaba en la espalda y atravesó a Lauviah hasta que dicha lanza le salió por el pecho. Lauviah veía con un gesto de incredibilidad como aquel metal salía de sus entrañas.

- Mientras más rápido acabe con ustedes mejor. Lamentablemente no tengo tiempo para jugar con ustedes, esto va a ser legendario, ¡El jefe de los tronos masacro a todo el coro! Lo mejor de todo es que Metatron no se dará cuenta de esto a tiempo, pues he hurtado mi libro y el de todo el coro.

Lauviah se desplomo con una gran herida en el pecho, Samael descendió lentamente, luego fría y violentamente introdujo su mano en Lauviah que estaba tirado con la cara al suelo, luego extrajo la llave de su interior.

Leuviah tirado en el suelo contemplaba las acciones del líder del coro, luego expreso:

- Bueno creo que hasta aquí llegue, destruiré la llave antes que la tome Samael.

Cuando Leuviah disponía a sacarse la llave del pecho para destruirla Samael anticipo sus movimientos y lo tomo por el brazo.

- ¿Qué crees que haces? No permitiré que destruyas la llave. ¿Cómo crees que liberare a mi hermano si dejo que hagas eso? –Aparto la mano de Leuviah y tomo la llave de su pecho–. Adiós mis antiguos compañeros.

Luego de extraer la llave de ambos regreso donde Caliel. Los gemelos se veían el uno al otro con miradas de nostalgia cuando Lauviah comenzó a desvanecerse de pies a cabeza, en un leve respiro desapareció; Leuviah con su espíritu contristado exclamo:

- Adiós hermano. Gracias por todo.

Luego de expresarse con sentimiento y con su mirada perdida en los aires se desintegro. Caliel apenas y con dificultades se ponía en pie cuando Samael bajo frente a él.

- No te preocupes por tus compañeros, les di una muerte sin dolor. Bueno Leuviah si murió tranquilamente, –Mientras se sonreía–. Ya no tienes que preocuparte más por ellos.

- Eres un desgraciado.

- Bueno. Ahora sigues tu Caliel.

Caliel apoyando una de sus rodillas en el suelo expuso:

- Eres un ingenuo al creer que la luz de la mañana podrá cumplir sus objetivos.

- Eso crees, bueno no importa, ya es tiempo.

- No debo contristarme, Mi Señor, ahora mi vida será parte de tu esencia.

Después de expresarse en su mente Samael se acercó frente a él y le ensarto su lanza, atravesó su hombro izquierdo, saco la lanza y lo tomo por el cuello y lo veía como aires de lastima. Luego de poner su lanza sobre su espalda extrajo la llave de su interior.

- Bueno creo que ya he acabado con estos. Van cinco quedan dos. Debo darme prisa.

Luego siguió hablando Samael con su mano derecha Semyasel.

- Bueno Semyasel ya lo sabes, ahora lo que hacemos aquí es para quitarles las llaves a Yeiayel y a Haheviah, lo que quiero que hagas es que cubras la retaguardia, y que me ayudes con los ángeles de menor rango yo me encargare de esos dos.

¡Ah hoy es el gran día por fin veré de nuevo a mi hermano!

Ahora no hay marcha atrás. Vamos.

- Claro

Sigilosamente entraron, Samael se aproximó más mientras que su acompañante cubría la retirada, con grandes aires de grandeza se acercó hasta estar sobre ellos.

- ¡Hola hermanos!

- ¡Samael! ¿Qué haces aquí?

- Ya veo cual era la misión de importancia que les había encomendado el padre la cual no podía saber, los felicito, pero como ven ¿Cómo puedo ser el jefe de este coro y no darme cuenta de lo que hacían los integrantes? Hicieron un buen trabajo ocultándomelo, no tuve ni la más mínima idea que los tronos en su mayoría custodiaban esta prisión, bueno espeto tu Ieiazel quien perteneces al coro de las potencias y por supuesto el resto de ustedes hermanos neutrales que no pertenecen a ningún coro, sino más bien que son regidos por ellos.

- ¿Qué es lo que quieres Samael? –Dijo Ieiazel.

- ¿Qué es lo que puedo querer de esta grandiosa y lúgubre prisión? ¡Vengo a llevarme a mi hermano! Y no podrán impedirlo, llegó la hora en que la luz de la mañana salga de su encierro.

- Ya sabía yo que era eso, no sé por qué pero se me vino a la mente.

- Entonces como ya sabes es mejor que no te opongas aunque ustedes son más y nosotros solo dos are todo lo que este a mi alcance para darle la libertad a mi hermano.

- Es notable y más que claro que no podemos permitir que hagas eso.

- Bueno entonces no hay nada de qué hablar.

- Creo que así es, –Dijo Ieiazel–. Escuchen hermanos, estos traidores han venido a liberar a Luzbel de su encierro, –Mientras Ieiazel decía estos los hermanos que estaban algo retirados al escuchar estas palabras cambiaron su gesto de duda a enojo en sus miradas–. No se los vamos a permitir.

Y se entabló una gran lucha en la sala que le antepone a la luz de la mañana. Comenzó el combate, cuatro seres de gran tamaño luchaban en medio de una gran cantidad de medianos, el primero que salió herido fue Ieiazel de una estocada por Samael, luego prosiguió con Yeiayel y con Haheviah mientras que Semyasel se encargaba del resto, Samael saco las llaves que faltaban, luego ayudo a Semyasel con los que quedaban, entretanto estos luchaban unos de los ángeles de menor rango convenció a Ieiazel que escapara para notificarle al padre lo sucedido.

Samael y Semyasel acabaron con todos, ahora tenían todas las llaves.

- Semyasel, dame las otras llaves.

- Claro hermano, ten aquí están.

- Rápido que ya voy a liberar a mí hermano.

Y entrego las cinco llaves que portaba Semyasel, y con las dos que acababa de obtener Samael estaban las siete completas.

- ¡Hermano! –Dijo Semyasel con evidente duda en su voz–. ¿Acaso a Beqa no le corto las alas Khalel?

- ¡Claro que sí!

- Entonces como es posible, ¡Mira! Las alas de Beqa han vuelto a salir.

Este sin ponerle mucha atención a las palabras de Semyasel se acercó a Beqa mientras le miraba a la cara, liberaba al mismo tiempo y le decía:

- Aguanta hermano solo un poco más, no sabes cuantas ganas tenia de verte, mi hermano, nunca me dejaste solo por eso yo tampoco jamás lo are.

Cuando Samael abrió el último eslabón que aprisionaba a la Luz de la mañana estando a un metro del suelo y sin fuerzas se desplomo. Percatándose Samael rápidamente lo sostuvo antes que impactara.

- Semyasel –Con un tono grave en su voz–. Rápido ayúdame a llevarlo. No te preocupes hermano pronto te recuperarás.

Y salieron sin más en que entretenerse de dicha prisión. En el camino mientras lo llevaban Semyasel le decía a Samael:

- Hermano si Beqa está sin energías ¿Cómo es posible que le hayan vuelto a salir sus alas?

- ¡No sé! Lo más probable es que el ya no reciba energía del padre. A lo mejor si tenga energía, pero no pueda usarla por alguna razón.

Su cuerpo no tenga energía pero ¿Acaso no puedes sentirlo?

- ¿Sentir que? No siento nada.

- De las nuevas alas que tiene brota una energía impresionante.

Era tanto el poder que brotaba de esas alas negras que las alas y la espalda de Samael al llevarlo al hombro se estaban desvaneciendo. Mientras que Semyasel estaba ya por perder el conocimiento.

- ¡No sé por qué hermano pero me siento extraño, me siento sin energías.

Astutamente Samael ya sabía captado lo que sucedía y lo único que contesto fue un:

- Debemos aligerar el paso.

Con las completas llegaban a la guarida que había preparado Samael. Al pasar por la entrada Semyasel perdió el conocimiento desplomándose de cara al suelo.

- ¡Semyasel! Maldición esta energía de mi hermano es más fuerte de lo que pensaba. Solo un poco más.

Samael con las ultimas logro recostar a Beqa sobre un gran tronco que ya tenía preparado, luego de eso callo sobre sus rodillas. Al cabo de un rato cuando el líder de los tronos se sentía mejor se puso en pie.

- No te preocupes Semyasel, no te dejare a tu suerte.

Levanto a su hermano y lo recostó a un muro de piedra. Cuando lo estaba recostando le hablaba a Samael la luz de la mañana.

- ¡Samael!

- ¡Si hermano! –Mientras corría rápidamente a su llamado–. Ya voy. Si hermano.

- Samael cuando estuve encerrado.

- La verdad hermano es que estamos a principios del sexto tiempo.

- ¡Eso quiere decir que ha pasado medio tiempo desde mi enfrentamiento contra los Trisagios. Bueno ya me siento mejor. Así que Semyasel está con tigo.

- Sí señor.

- Ahora quiero que me pongas al tanto y luego te escuchare, porque sé que tienes muchas cosas que preguntarme. Porque ahora no puedo leer tus pensamientos.

- Claro hermano. Bueno primero que todo Dios ya hiso el llamado de la segunda generación.

- ¿Quiénes fueron llamados a los coros?

- Primero fue Khamael.

- ¿El pequeño de Khalel?

- Sí. Tus sabias que era especial y que no tenía alas. Pues ya le comenzaron a salir.

- ¡Y!

- Pues le comenzaron a salir unas ramas en la espalda, y al poco tiempo se le formaron, creo que en poco tiempo la las tendrá desarrolladas por completo. Además fue puesto en el coro de las Virtudes.

- ¡Sigue!

- Luego esta Ertrael y Manakel quienes fueron puestos en el coro de los Ángeles. Daniyariel en los Serafines, Lecabel Dominaciones. Bueno ya sabrás que miguel fue puesto en los Arcángeles.

- ¡Si claro, Él lo dijo y luego encerró mi creación!

- Bueno también están Barachiel y Jehudiel quienes también fueron puestos en los Arcángeles; Menadel Poderes, Cahetel Virtudes.

También el imbécil de Gabriel quien fue puesto en tu cargo de líder de los Querubines, en eso no estuve de acuerdo cómo es posible que ese debilucho te sustituya.

Ah otra cosa. Tal vez escuchaste de uno que creo el padre enfadado cuando tú lo desobedeciste, en aquel día de tu creación.

- Ahora que lo mencionas me parece que escuche a unos ángeles de bajo nivel hablando de eso, recuerdo que luego que caí de espaldas luego de mi creación vi que el empedernido tenía un fruto en sus manos, y sus manos estaban llenas de fuego. Luego soltó ese fruto en la pila del comienzo.

- ¿Tú vistes eso hermano?

- Claro que sí.

- Ah claro eso es, ahora entiendo.

- ¿De qué hablas?

- Pues mira hermano de ese fruto salió un pequeño, pero ese pequeño era similar a Khamael, sin alas y había sido puesto entre los mimados hasta hace poco cuando fui a quitarle el costal a Saeltiel, este enano se enfureció con migo porque estaba golpeando a Saeltiel, luego le salieron unas alas de fuego, y déjame decirte que tiene mucho poder. Luego también escuche por los gemelos de los Tronos que también fue llamado por Dios para pertenecer a los Coros.

- Es probable que este pequeño te sustituya a ti Samael. En tu liderazgo sobre los Tronos.

- ¡A mí! ¿Porque crees eso hermano?

- Samael, usa tu instinto. Según lo que me dices los de la nueva generación fueron puestos anticipadamente en los coros que ya estaban llenos, y luego de tu rebelión este pequeño despertó su poder, también luego fue llamado a la corte. ¿A quién crees que sustituirá?

- Tienes razón hermano.

- Ah. También quería comentarte que Barakel está de nuestro lado, no se opuso cuando fui en busca de las llaves y me la entrego voluntaria mente. También he notado algo raro en uno que dice estar con nosotros.

- ¿Quién?

- Beliel. Dice que está con nosotros pero lo noto algo raro en él. Es como si estuviese contento con tu encierro. Creo que puede estar tramando algo.

- Creo que se por qué puede ser. ¿El mejor amigo de Beliel no era uno de las Potencias que se llamaba Aniel?

- Si claro ¿Pero eso que tiene que ver?

- Pues veras Aniel se puso en mi camino antes de que exiliara por primera vez, se dio cuenta de muchas cosas y tuve que acabar con él. Por eso creo que en algún momento se puede poner en mi contra, bueno eso no importa.

- Sí, pero recuerda que Beliel tiene un poder más grande que el mío, y si reúne muchos con él te podrían atacar.

- Eso no me preocupa porque he conseguido un poder que va más allá de tu imaginación. No importa a cuantos me enfrente, con mis nuevas fuerzas no perderé.

Como desenmascarar al engaño, y romper las ataduras que imponen la inmadurez, debes trascender el poder pues el que tienes no te basta.

Mientras este hablaba Samael lo veía impresionada mente.

- ¡Yo te acompañare hasta el fin hermano!

- Claro Samael yo sé que sí. Ahora lo que tenemos que hacer es comenzar a movernos. Por el momento tú serás el que ejecutaras todos los planes, yo necesito terminar de desarrollar mis alas.

- Ahora que lo mencionas hermano. ¿Cómo obtuviste esas alas?

- Bueno te lo contare.

Todo comenzó mucho tiempo atrás, en el día en que el empedernido corazón me emperezaba a exiliar de todo, tenía una nueva idea y con mucho amor corría a enseñarla pero él no me prestaba atención, poco a poco en lo que me fui dando cuenta de lo que podía hacer y de lo grandioso que era todo lo que desempeñaba él se iba apartando de mí, si tenía dudas sobre mis cualidades y quería preguntarle el solo ser apartaba, llego al punto de ser tan grande mi necesidad de atención causada por su continuo rechazo que lo desobedecí el día en que inicio la creación de la segunda generación. Aquel día lo único que quería es que me pusiera atención y viera cuan bueno me estaba volviendo. Pero creo que me apresure y todo salió mal, fue cuando nació aquella creación repulsiva de mis manos.

- Por cierto hermano esa creación tuya tiene la misma edad que Miguel y Uriel. Entonces puede ser que ya este desarrollado.

- Si

- En nuestros planes incluye rescatarlo de donde lo tienen encerrado. Él y yo estamos conectados la fuerza de él, proviene de mí. ¡He decidido llamarlo Leviatán! Por su aspecto horripilante y su gran tamaño.

Luego de aquel incidente me aparte de todos y huy a los confines del paraíso, luego de estar solo tanto tiempo regrese. Fue cuando YAWEH anuncio la creación del hombre. Yo regrese con las intenciones de pedir perdón y preguntar ¿Por qué? él se había apartado tanto de mí. Pero lo único que encontré fue la ofensa. Al escuchar que un ser tan inferior era considerado superior a nosotros, ¿Dónde quedo? El amor y aprecio por los seres superiores, magníficos, leales.

Entonces comprendí que lo que fue en un principio ya no sería más. Solo estuve presente aquella ocasión, no dije ni pregunte nada pues no había que hacerlo, todo estaba más claro que nunca, nosotros las primeras creaciones con el tiempo iríamos siendo a un lado. Ese día luego de solo escuchar me aparte de nuevo.

Más allá del horizonte para no tener contacto con nadie se sumergió en la soledad la luz de la mañana. Regresando al mismo lugar al que estuvo antes, en la sima de un risco se puso en pie, y permaneció así durante mucho tiempo, con su mirada perdida, siempre firme bajo la lluvia, enfrentándose al fuerte viento y el frio, desafiando al que hacer en el pensamiento, pensaba y pensaba y el pensar era lejano, orquestando y analizando por tanto tiempo que se igualaba a los monumentos de piedra.

- Luego regrese. Ya tenía en mente lo que debía de hacer, pero no volví por ello sino que porque necesitaba unas cuantas cosas. Estando allá note que todos estaban delante del trono, cosa que se me hiso raro, en la historia de mi vida jamás había presenciado nada igual, me llene de curiosidad y fui donde todos estaban. Nunca olvidare ese día, el día en que me ofendieron como jamás imagine. Recuerdo que él opresor venia saliendo del círculo de los siete Espíritus, después de haber salido dijo unas palabras he hiso un llamado, luego detrás de Él venía uno que nunca había visto, su nombre Emmanuel. Me enfade, él nunca me permitió entrar a esa morada con él, me trague mi gran rabia y me contuve, luego delante de todos lo presento como su hijo unigénito el primogénito y heredero del trono y que él se sentaría a su diestra y le dio potestad sobre todo. Al escuchar esas absurdas palabras quede impactado, no pude contener más la rabia nunca me habían ofendido tanto en mi existencia, con la ira posesionada de mi perdí los estribos, con gran poder abrí mis alas, con tanta furia que todos los que estaban a mis ambos lados salieron catapultados hacia los costado, luego salte y me puse en pie frente a mi humillador, no podía contenerme, lo mire a los ojos y le dije “¿Cómo puedes hacerme a un lado y ofenderme tanto? ¿Cómo puedes llamar a ese primogénito? sabiendo que yo fui el primero de tus hijos, a mí me deberías de llamar así, no a él, te pido que te retractes.” Luego de haber dicho esto saltaron los cuatro de sus lugares, Sandalphon saco su espada rápidamente me tomo por el gorro de mi atuendo y con su mano derecha puso la punta de su espada cerca de mi mentón, mientras yo seguía reclamando Sandalphon me sostenía cada vez con más fuerza, entonces extendí mi mano y con la palma le di un manotón en la hoja de su acero, su espada cayó al suelo, después los otros tres que estaban más atrás de Sandalphon desenvainaron sus espadas; entonces les dije a todos que regresaría por lo que me corresponde.

Luego de haber salido de allí me sentí mareado y puse mi mano sobre el muro exterior para sostenerme. Empecé a notar dos cosas, la primera que la luz del padre me abandonaba poco a poco, y la segunda y más importante es que descubrí que había otra fuerza obrando en mí, cada vez que me enfurecía había otra fuerza que deseaba salir pero el poder de la luz de mis alas lo oprimía. En ese momento decidí que tenía que arrancarme las alas. Luego en repetidas ocasiones intente hacerlo pero no podía, entendí que si me quería deshacer de ellas no podía ser por mi propia mano.

- Eso quiere decir que lo de tu pelea con los cuatro seres vivientes y los demás fue planeado.

- En parte así es. Pero no salió del todo bien ya que perdí mi espada y las otras dos, mis intenciones eran ocultarlas en la palma de mi mano para después estando encerrado recuperarme más rápido, con otra de ellas romper mis ataduras y escapar, claro que no planee estar tanto tiempo encerrado. Además no sabía si mis alas iban a regresar, el resultado es mejor de lo que esperaba ahora todo mi ser tiene una fuerza y un poder incomparable. Debemos actuar con cautela, ¿Lograste recuperar mi espada Samael?

- Es mejor que eso hermano, recupere las tres, toma aquí están.

- Esto es magnífico.

Samael saco las tres espadas del costal de Saeltiel y las puso frente a la luz de la mañana, este tomo primero la espada de Lehahial.

- Con esta se restauraran mis fuerzas más rápidamente, pero creo que tomara algo de tiempo así que primero tómala tu Samael y luego ayuda a tu mano derecha.

Y tomo Samael la espada de la mano de Luzbel, las quemaduras que tenía a causa de cargar a Beqa comenzaron a sanar, también ayudo a Semyasel a recuperarse con el mismo acero. Cuando ambos estaban completamente recuperados Samael entrego la espada a su hermano.

- Samael llegó la hora, lo primero aremos será traer ante mi todos los que están con nosotros, el encargado de esto serás tu Semyasel ya que Samael ha llamado mucho la atención últimamente.

- Claro hermano. –Dijo Semyasel mientras agachaba su mirada.

- cuando estén todos les daré las siguientes indicaciones que debemos seguir.

Todos piensan que mi propósito es recuperar lo que se me ha sido arrebatado cuando en realidad mi objetivo es obtenerlo todo.

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Juan Pastor
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Juan Pastor Diaz Blandon
28/04/2014