Lirica de los Angeles

Entonces vino Dios y se puso sobre sus pies, poco abajo al frente del trono, con los serafines siempre detrás de él sosteniéndole sus ropajes, dirigiéndose a la pileta camino Dios sobre el mar de cristal, este al contacto se veía como si el omnipotente caminase sobre un agua de miles de colores, formando ondas con cada paso que da, llegando a la pileta Jehová siendo todavía más grande que Barakel acercándose a esta adaptaba su cuerpo en relación a la pila, obteniendo el tamaño normal de uno de sus arcángeles, al llegar al punto, coloco la palma de su mano en dicha pila.

Luego se acercó a Dios el jefe del coro de los serafines su nombre: Sadkiel, tomando este de las manos de Saeltiel dos de los frutos traídos, se acercó a su creador y puso uno en la mano derecha de su padre, entonces procedió el creador y tomando el fruto lo sumergió en aquella pileta, e introdujo primero la mano del fruto luego la vacía, se podía observas como en medio de la pileta se formaba un suave y pequeño remolino el cual dio origen a una luz brillante en el fondo de la pila.

Beqa que se encontraba a la derecha de Dios veía en primera fila lo hecho por Dios, al contemplar aquello le brillaban los ojos a causa del brillo proveniente de la pileta, este acontecimiento grandioso en su esplendor se veía como en cámara lenta el padre sacando con ambas manos un hermoso angelito, luego tomo Dios tomando con sus manos entre sus bracitos, levantándolo un poco al aire y viéndolo a los ojitos le dijo:

- ¡hola hijito! Tú te llamaras “Miguel”

Este pequeño serafín oyendo las palabras de su creador contesto con una sonrisa en su boca.

- ¡Papito!

Este se reía con tanta alegría, entonces tomo dios al pequeño serafín y lo puso sobre las manos de Luzbel y le dijo:

- Aquí tienes un pequeño serafín que será un imponente arcángel dáselo a uno de tus hermanos que se haga cargo de él.

Luzbel atónito viendo con asombro por primera vez como daba vida Dios observaba, luego de oír las palabras de Dios lo dio a otro de sus hermanos, este otro lo cubrió en un delicado fieltro y se lo llevo, después quiso Dios crear a otro angelito, vino el Serafín ahora y le dio el otro fruto, volvió a ponerlo en las manos del creador, entre tanto Dios hacia esto se le acerco el arcángel más hermoso e interrumpiéndolo le dijo:

- ¡señor! Puedo yo que soy después de ti el que tiene un poder semejante al tuyo intentar hacer eso que acabas de hacer.

Entre tanto luzbel hablaba veía Dios aquel con persistencia, veía Dios algo turbio y malo en el corazón de aquel y luego contesto:

- El crear algo puro y bello no lo puedes hacer, Siento algo de Confusión en ti –mientras lo veía al rostro-.

Explicaba Dios a su hijo confundido, volviendo el rostro el padre hacia adelante y dándole la espalda a Beqa, este con respiración cansada veía la espalda del magnífico estandarte, acometedor de aquel cansancio y al sentimiento que desborda de aquel pecho que se siente denigrado en gran manera, el gesto de su rostro con sus ojos en cubiertos por las carnes de sus cejas que desbordan de su frente, con un impulso de saltar hacia adelante, con el objetivo de la incógnita.

Queriendo abalanzarse, pero ha venido el buen Khalel y con gran sentido pacifista a tomado por el brazo a su hermano, aquella alma confundida que obraba con preferencia al desorden.

- ¡Hermano! ¿Qué te pasa?

- ¡Suéltame!

- ¡Cálmate! ¿Pero que tienes?

- ¡No lo sé, solo sé que me siento extraño, que una sofocación abruma mi pecho, me siento despreciado, echado a la vergüenza, humillado de tal forma que contener el cuerpo resulta todo un desafío!

- Mientras Khalel miraba a este con sus ojos muy abiertos por el asombro

Luego vino Luzbel y con su mirada fija en la pileta bajo de aquella loma de escaleras acercándose donde estaba el padre, con su pecho a la intemperie se puso en posición, estando frente a Saeltiel arrebato otro fruto que este aún no había dado a Sadkiel, lo sostuvo en sus manos y por unos instantes lo observo, solo el creador sabía lo que pasaba por aquella mente confundida, y todos miraban aquella triste y fija mirada perdida.

En aquel momento cuando todos lo veían, nadie cantaba a vuestro padre.

Con sus manos en el fruto ahora viendo la pileta fluían nuevos pensamientos en su mente, eso en cuestión de segundos antes de sumergir el fruto en la pileta; en aquel momento seria que reflexiono, cuando por instantes después de arrebatar el fruto lo veía, acaso pensó ¿que estoy haciendo? preguntándose a sí mismo y a la vez sin titubear, acaso avanzando por instinto lo que lo llevaría hasta el final.

En ese momento, mientras se dirigía hacia la pila, y viéndola pensaría palabras que se ajusten al momento que tal vez lo harían dudar.

¿Acaso hubo un momento en que dudo? En que pensó en su mente ¡Que estoy haciendo! En aquel momento cuando el tiempo se detiene, cuando en su pecho se desborda un gran sentimiento de duda y miedo llenándose de un aire perturbador, todos al principio siempre tememos a lo desconocido, los nervios y la duda comienzan a hacer efecto en su ser, haciendo llegar descargas de miedo en su cuerpo, en medio de aquel momento tan desesperante le comenzaban a temblar las piernas y manos, a correr el sudor por sus mejillas ¿Acaso dudo en el momento aquel?

Como si se hubiese trasladado a otro lugar mientras pensaba tuvo miedo, pero la arrogancia termino apareciendo en él.

Todos los ojos del cielo estaban sobre él, en el momento aquel después de haber introducido el fruto con ambas manos se formó aquel pequeño y suave remolino, pero el agua en vez de aclarecer se tornó oscura y espesa como aceite, luego Beqa saco las manos de la pila pero en ellas traía un ser espantoso de color oscuro y sin el brillo particular de un ángel, el repulsivo ser se retorcía como si padeciese dolor, nadie olvidara aquel momento cuando el cielo entero se estremeció, el creador por excelencia observaba aquel acto de desobediencia, aterrorizado Beqa lo soltó y cayó al suelo, y al mismo tiempo Beqa se echó para atrás cayendo él sobre las gradas frente al trono, se levantó, caminaba hacia atrás viendo para todos lados, se topó con sus hermanos, se voltio y los vio, luego los empujo y se fue volando, se podía ver como una lagrima humedecía su rostro...

Si les gusta lo que escribo pueden ver las ilustraciones que yo mismo hago al carboncillo para ilustrarlo.

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Grasias.